Entrevista profesor Francesc Perramon

Hoy tenemos un invitado muy especial y una de las personas que más ha estudiado el significado de las fotografías familiares domésticas en nuestro país.

Él es el profesor Francesc Perramon, licenciado en Historia por la UB (Universitat de Barcelona) especializado en Historia del Arte y Doctor en Bellas Artes por la misma universidad. Actualmente es docente en la Escola d’Art i Disseny de la Diputació de Tarragona impartiendo clases de Historia de la Fotografía y Teoría de la imagen.

En esta charla hablamos de cosas muy interesantes, de cómo las familias afrontan la preservación de su fotografía familiar y domestica, pero también hablamos de la importancia de las redes sociales y el futuro de la fotografía.



Tu tesis doctoral lleva como título: Los archivos públicos de fotografía doméstica como un instrumento de preservación de la memoria de los ciudadanos. La experiencia en Tarragona del proyecto “Capça de sabates”.

¿Qué te mueve a hacer toda una tesis respecto a la preservación de la fotografía de las familias?

Evidentemente me interesaba mucho la fotografía y en general siempre me ha interesado mucho lo que hace la gente común. El tema de la memoria y transcender después de la muerte es un tema que a muchas personas nos preocupa. Entre esa cosa tan humilde que es la fotografía doméstica que nuestros padres nos hicieron y el deseo de permanecer más allá de la muerte, existe un vínculo que a mí me parece apasionante. Así que me puse a trabajar en el proyecto con una propuesta más concreta: ¿Qué hacen los archivos públicos con las fotografías domésticas?

Tradicionalmente los archivos públicos se preocupan por archivos que tienen un valor histórico muy evidente, por ejemplo si sale un político o una celebridad, y a mí me preocupaba mucho que hacen estos archivos con las fotografías que tiene todo el mundo. Por tanto, vi que tenía que buscar un método que explique cómo podemos usar unas cuantas fotos para que cualquier persona que haya vivido en este planeta tierra quede un rastro de su memoria. Una manera aparentemente fácil es conservar una foto doméstica y sobre todo algún relato que esa persona hace sobre su foto.

De alguna manera todo esto tiene que ver con una especie de democracia en la que todos podamos trascender más allá de la muerte.

¿Por qué solamente fotografía y no video?

En parte porque la fotografía es mucho más democrática. Cualquier persona guarda su fotografía familiar en cualquier lugar y el video no está tan democratizado. Por otra parte, las imágenes como desencadenantes de memoria es más fácil que sea una imagen estática como la fotografía y muda, con lo que es más sencillo que una persona pueda hablar sobre una foto. El video en cambio, es más fácil que te lo quedes mirando porque tiene sonido y esto obliga a callarnos.
Por tanto es más fácil tener una conversación y que la gente te explique cosas a partir de imágenes que son silenciosas.

En parte porque la fotografía es mucho más democrática. Cualquier persona guarda su fotografía familiar en cualquier lugar y el video no está tan democratizado.

¿Explícanos un poco cómo fue la experiencia con “Capça de sabates” y que buscabas con este proyecto?

Surgió como una cosa colectiva, en el fondo fui un engranaje más de un trabajo colectivo, lo que pasa es que yo tenía un interés científico en la fotografía doméstica y la memoria. En el fondo ya estaba pensando en una tesis doctoral y todo ese trabajo en equipo me fue útil para mi investigación.

Inicialmente empezó en el Palacio de Congresos de Tarragona habían contactado con una fotógrafa que fue Silvia Itúrria para hacer algún proyecto de exposición que girase entorno sobre la fotografía doméstica. Yo me ofrecí a colaborar en la exposición proponiendo des de el primer momento en una recolecta colectiva, intentando que el máximo de personas de Tarragona se sintieran invitadas a participar en este proyecto, y me ofrecí también a recoger todos sus relatos de memoria.

De este proyecto lo que me interesaba mucho era hacer una muestra de como en una ciudad mediana se podían recoger fotos para que fuesen patrimonio colectivo, y al mismo tiempo que se recojan sus memorias. Siempre partimos de la idea de que cada ciudadano aportase unas pocas fotografías, diez fotos, y me pareció muy interesante el hecho de que cada persona escoja por ella misma diez fotos.

En estos proyectos para demostrar la importancia de la fotografía domestica la haces pública y la pasas del territorio privado de la familia al territorio público. En este transito es una manera de dignificar, de decir que eso tiene un valor para toda la sociedad, pero hay un conflicto al pasarlo de lo privado a lo público, por eso me interesaba mucho que cada ciudadano hiciera una elección libremente de sus diez fotos porqué de alguna manera, ellos ya saben lo que quieren explicar y lo que quieren ocultar.

A partir de aquí el proyecto continuó y ¿qué hicisteis para que las familias aportasen su legado fotográfico?

Por una parte había una llamada pública, unos carteles que decían que había una exposición y que la gente que quisiera aportase sus fotografías. Al final por mi experiencia y por ejemplo recuerdo que después de la tesis un programa de TV3 que se llamaba: «Estàs igual», se les ocurrió la brillante idea de que querían coger un grupo de amigos y una foto de más de veinte años y recoger esa gente para volverlos a reunir, que explicasen su vida en el momento de la foto y el actual y al final, reunirlos, volverlos a poner en la misma posición de la foto y tomarla otra vez.

Pues bien, este equipo se puso en contacto conmigo y yo les avisé que haciendo una llamada a través de la televisión de: quién quiere aportar fotos doméstica… no funcionaria cosa que efectivamente la experiencia de Tarragona constató este hecho. Así que por ejemplo en Tarragona tirábamos de redes de conocidos de las personas que trabajábamos en el equipo.

Entonces, ¿Tú atribuyes que la gente no suele ceder su legado fotográfico porque es una cuestión privada o porque no son suficientemente conscientes de lo que significa la preservación de su foto legado?

Son dos cosas diferentes. Es verdad que una cosa es que todos tenemos el peligro de que perdamos nuestro propio foto legado, y entiendo que vuestro proyecto de Retratu trabaja más en esta línea, es decir: escucha Francesc, David o Maria… tu legado fotográfico es efímero y podrías hacer algunas cosas que ayuden a preservarlo ¿no? Y a través de vuestro proyecto pues hacéis varias cosas, des de hacer retratos con más intención, bien imprimidas, dignificadas etc, pero otra cosa es una preocupación más de científico o teórico, de que a mí me preocupa la preservación del patrimonio de la gente en global no solo en el beneficio personal si no que también el colectivo.

Las memorias de todos son tan válidas como las de los políticos o de cualquier persona que haya sido medalla de oro em las olimpiadas, por tanto préstame alguna foto tuya para o algún recuerdo, no porque tenga algún interés personal en ellas, si no para hacer un relato del patrimonio colectivo y de aquello que los archivos preservan.

Las memorias de todos son tan válidas como las de los políticos o de cualquier persona.

¿Crees que somos más conscientes ahora que estamos en plena era digital?

Yo creo que nos acostumbramos en caer en la trampa de que las tecnologías tienen ideología, en general las tecnologías son neutras. Que haya habido un cambio tecnológico no implica que haya habido un cambio cultural, por tanto la preocupación de preservar el patrimonio fotográfico está tanto en la etapa digital como en la analógica.

Lo que sí veo es que mucho más que antes ahora somos comunicadores. Las redes sociales son un poco este paradigma, no existe aquello que no explico o aquello que no comparto. Nos preocupa mucho compartir pero una cosa es compartir de forma efímera, para hoy… por ejemplo todo el mundo tiene que compartir su foto de comida ¿no? En fin, la gente comunica más.

Lo digital ha hecho que nos comuniquemos más a través de la fotografía y micro relatos pero eso no significa que ahora sea más fácil o más difícil de preservar nuestro patrimonio fotográfico.

acostumbramos en caer en la trampa de que las tecnologías tienen ideología, en general las tecnologías son neutras.

¿Tienes constancia de que existen diferencias entre países que están más concienciados sobre preservar sus imágenes?

Examiné archivos Españoles, Británicos y algunos archivos de Estados Unidos, alguna idea tengo, pero vuelvo a decir que no es fácil que la gente te preste sus fotos. Aún así en términos generales no he visto un cambio significativo en el mundo occidental por esta preocupación y no preocupación de preservar las fotos y compartirlas. El mundo occidental es bastante similar. Pero por ejemplo en una charla en Tarragona pues si habían chicos de Marruecos sus fotos eran inaccesibles, en todo caso me las enseñaban en privado y pidiéndome que no las escanease, por tanto es evidente que hay otras culturas no occidentalizadas donde el conflicto entre lo íntimo y lo público es mucho más bestia y aún se comparte menos.

Por ejemplo en EEUU hubo un intento de hacer una red social que se llamaba This Moment. En el mundo anglosajón hacer tu árbol genealógico es una cosa habitual, y por tanto proyectos como This Moment intentaban hacer un vínculo entre una cosa tan frecuente como es hacer un árbol genealógico con la fotografía familiar.

Los Británicos por ejemplo tienen una cierta pasión por la historia con lo que compartir las fotos domésticas es más fácil que aquí, pero bueno, al final no hay demasiadas diferencias.

Sí que hay una diferencia bastante clara entre cómo la gente urbana comparte sus fotos y cómo la gente de los territorios más rurales las comparte. En la tesis explicaba centenares de casos en pueblos pequeños en las que hacías una llamada y la respuesta era mucho más alta. Y es porque el pueblo es más pequeño, la gente tiene la necesidad de vincularse a su territorio, pero en general tenemos una relación con la fotografía bastante similar.

Antes has tocado el tema de la genealogía y el mes pasado entrevistamos a Mireia Nieto experta en genealogía viva, y nos dijo algo interesante como que en EEUU ha habido un boom de la genealogía y que es cuestión de tiempo que llegue a nuestro país. ¿Crees que tendría una repercusión sobre la preservación de nuestras imágenes familiares?

Vuelvo ha decir que creo que los contextos culturales son muy determinados. En EEUU por ejemplo es muy relevante cual es tu origen racial y en cambio en el mediterráneo tenemos otra cultura. La pasión de EEUU por su genealogía es lógica, pero no estoy tan seguro que sea traspasable aquí. Por suerte aquí el valor de la familia es muy fuerte, somos personas muy sociables. Proyectos como Retratu posiblemente puede encajar más aquí porqué el valor de la familia es muy importante.
En mi opinión no veo que necesariamente aquí pueda tener una repercusión en nuestro territorio. Por suerte tenemos otros valores, y seguramente, otras formas de preservar las fotografías.

Francesc Perramon entrevista
El profesr Francesc Perramon en un momento de la charla

¿Cúal es el papel que juega la fotografía en la familia actualmente?

Está claro que la fotografía como cualquier invento humano es un elemento simbólico y la fotografía ha servido para construir simbólicamente la familia, eso es obvio. La fotografía es un instrumento flexible y suficientemente neutro como para construir simbólicamente lo que interesaba en cualquier momento. Volviendo a la idea de que somos comunicadores, la fotografía domestica sirve para una comunicación más inmediata: el estoy aquí, ya he llegado… bueno, forma parte de una comunicación con aquellos que te comunicas normalmente.

Cambiando de tema. ¿Crees que las redes sociales han tenido algún tipo de impacto en la preservación de la fotografía familiar? ¿Podemos decir que son archivos?

En la tesis defiendo la importancia de los archivos públicos. Para mí hay una preocupación de que las redes sociales forman parte de una corporación con intereses empresariales. Si entendemos como archivo como una definición abstracta de un dispositivo de acumulación de información, cualquier red social es un archivo. Pero una preocupación para mí y que creo que Retratu también la comparte, es que no hay suficiente consciencia de lo que preservo en una red social por ejemplo Facebook y en primer lugar, todo lo que subo es propiedad de Facebook, y no hay mucha consciencia de esto. Obviamente puedo tener mis fotos en un espacio, en la nube hasta cuando ellos decidan, pero hay un peligro fundamental. My Space por ejemplo lo dejó muy claro en su momento o por ejemplo también Fotolog que directamente desapareció.

No hay suficiente consciencia de lo que preservo en una red social como por ejemplo facebok.

El año pasado desapareció Path y dieron un día o dos para descargarse sus archivos…

Y si tú lees la letra pequeña de cualquier red social podrían desaparecer de un día para el otro sin ningún aviso y no pasa nada. Evidentemente las redes sociales pueden crear un espejismo de que tú allí tienes las cosas preservadas y simplemente ellos responden a intereses privados.
De hecho ahora una de las luchas del futuro será también el lugar donde preservaremos la información, al final los servidores existen y con el cambio climático los servidores se calientan mucho. El tema es que de momento Europa está preservando sus servidores en los países nórdicos y Rusia se está ofreciendo en mantener servidores en Siberia pero claro, quien se fía de que todas tus fotos estén en un servidor en que el Kremlin podría cortar el suministro de electricidad. Al final hay un espejismo de que Facebook o quien sea guarda las imágenes y hay un montón de dudas y las luchas de poder de aquí a 100 años será por quien tiene los servidores y, quien en un momento dado te deja con la contabilidad de un país cerrada o en nuestro caso sin fotos.
En el fondo en la tesis explico como conclusión que las redes sociales en el fondo son los cementerios del siglo 21. Es el lugar donde preservamos para siempre nuestros relatos.

Evidentemente las redes sociales pueden crear un espejismo de que tú allí tienes las cosas preservadas y simplemente ellos responden a intereses privados.

En tu tesis dices: que el “conflicto” entre la privacidad de nuestras fotografías para que las puedan ver nuestros descendentes, es un tema no resuelto. ¿Por qué crees que este tema no está resuelto? ¿Qué hace falta para resolverlo?

Está claro que hay un conflicto y a los teóricos humanistas nos preocupa. En muchos aspectos estamos pendientes de la tecnología y de los intereses comerciales y no hay interés en vender algo que perdurará de aquí a 100 años. Todos sabemos que como mínimo el papel químico tiene una duración des de el nacimiento de la fotografía de 1839, por lo menos tenemos fe de que han durado todos esos años. Ni Facebook ni nadie que hace dispositivos basados en la fotografía no es de su interés y entonces tiene que ser des de la sociedad o instrumentos como Retratu en el que todos ponemos este problema sobre la mesa. Evidentemente las empresas no darán solución a problemas que a corto plazo no generan beneficios, por lo tanto las iniciativas han de salir de la sociedad.

¿Qué consejo darías a las familias para preservar sus imágenes?

El primero, no tener vértigo en saber que preservando el 0,5% de nuestro patrimonio fotográfico somos excelentes es decir, esta obsesión en creer que lo tenemos que preservar todo creo que es un error. Entre otras cosas porque los procesos de memoria tienen a ver con los procesos de olvido y es muy bonito ver qué preservamos y qué no preservamos.

Por tanto primero me desharía de ese lastre de que lo tenemos que preservar todo, cualquier miembro de una familia tiene derecho a que una foto suya prevalga en el tiempo ¿pero todas?

Como decíamos, de momento lo más comprobable es que las fotos en papel se preservan y un poco como hacéis vosotros, como más simbólicamente las pongas: un marco, paspartú, una caja, con dedicatoria, es como una cápsula del tiempo, estoy avisando a mis bisnietos que aquello tendrá un valor.

Respecto a los archivos digitales, guardarlos en memorias propias, no solo online, online es muy interesante pero mejor en memorias propias por triplicado y en lugares físicos diferentes. No puedo tener las tres copias en el mismo cajón ya que si se quema la casa… y otra cosa que es muy difícil de que lo hagamos es hacer procesos de migración. Cada diez o quince años tenemos que pasar nuestras fotos a un nuevo soporte físico digital.

esta obsesión en creer que lo tenemos que preservar todo creo que es un error

Cambiaremos un poco de tema. Como sabes en Retratu somos fans de la fotografía de retrato como género fotográfico y ¿Qué papel juega este en la fotografía doméstica familiar?

Está claro que el 95% o 99% no sé, en algún momento había intentado hacer análisis cuantitativos y lo desestimé. Hay un personaje que se llama Charles Frend en el cual él había llegado ha hacer estadísticas de esto y el porcentaje es altísimo, prácticamente retratamos personas.
El retrato es apasionante y casi toda la fotografía doméstica son retratos.

retrato Francesc Perramon
Foto por Retratu del profesor Perramon.

¿Podríamos sacar la conclusión si el estado de salud ahora es mejor que hace 50 años? ¿O simplemente que ahora hacemos más selfies que antes y ya está? Simplemente salen nuevos géneros de retrato pero básicamente sostienes que más de el 90% viene a ser retrato.

Es verdad que el selfie explica mucho nuestra manera de ser, esa explicación des de el YO, pero sí que esencialmente se continúan haciendo retratos.

¿Qué ha cambiado? Culturalmente queremos ser menos trascendentes, la manera de vestir, la manera de relacionarnos, entre profesor y alumno hay una relación menos trascendente y también los retratos que hacemos ahora son más aparentemente casuales. Antes delante de la foto nos poníamos rígidos y todos nos sentíamos incómodos haciendo una especie de teatro delante de la cámara. A veces digo que nos hemos vuelto más americanos (risas).

Culturalmente queremos ser menos trascendentes, la manera de vestir, la manera de relacionarnos

Este es un tema que me fascina y que hemos tenido que reflexionar mucho en este proyecto y creo que también haces mención en tu tesis, de que puede que haya habido un impedimento a la hora de recopilar fotos de las familiar por el carácter trascendente o institucional de un proyecto como “Capça de sabates”. En este sentido Facebook o Instagram parecen redes sociales trascendentes disfrazadas de banalidad y entronca muy bien con lo que tú has dicho de la idea de que todo es más casual, sin dejar de tener una trascendencia para nosotros.

Tal como tu dices si yo le presto mis fotos a Instagram parece que es casual o lo vivo así, en cambio si me viene el “Consejo Europeo” o el ayuntamiento de turno a pedirme unas fotos es demasiado trascendente y no me prestaré a ese juego.

Hemos hablado de fotografía, no hemos hablado mucho de fotógrafos. Tu has sido profesor y serás profesor esperamos que para mucho tiempo en la Escuela de Arte…

¡Yo también lo espero! (risas) Me gusta mucho la docencia.

Lo sabemos (risas). ¿Cómo ves esta profesión actualmente?

Es complejo. Por descontado que los profesionales cada vez están más apasionados por el analógico y eso es muy interesante. Evidentemente un compañero que tengo dijo que los que hablen en código serán los rock star del siglo 21, es decir: quien no explique esto a través de webs o medios digitales también se equivoca. Una hibridación entre un fotógrafo y alguien que se sienta cómodo con la programación es muy interesante ¿No? Al final estamos en un momento en el que para que alguien triunfe un poco puede tener un matiz de fotógrafo y entender la luz, el encuadre y tener a Avedon o Cartier Bresson com a mitos, pero al final has de ser un poco programador, editor de video, diseñador gráfico incluso me atrevería a decir ilustrador. Al final, ahora mismo el fotógrafo está en un terreno en el que es un comunicador visual que es capaz de diseñar, maquetar, programar, fotografiar…

Una hibridación entre un fotógrafo y alguien que se sienta cómodo con la programación es muy interesante

Imagino que las nuevas generaciones, tú que tratas con ellas a diario, deben estar muy puestos con este tema. ¿Cómo ves las nuevas generaciones de fotógrafos?

Bueno, en la escuela trabajamos con gente muy joven, 18, 20, 22… es un momento de la vida que dice muchas cosas pero que en principio en una sociedad que no eres independiente hasta los 30 o 35 hablar de profesionales es un poco prematuro.

Cuando empezamos a hacer fotografía por el año 1997, había mucha más gente con interés por la fotografía artística y fotografía documental, por ejemplo un estereotipo era la fotografía de guerra. Esto ya no te lo encuentras. Ahora mucha gente está fascinada por la fotografía de moda cosa que no era tan habitual hace 15 años. Si antes Flickr provocaba una especia de entendido que tenía que saber de la regla de tercios, objetivos y tal, ahora el modelo es Instagram.

Ahora la escuela está llena de chicas, esta proporción es bastante significativa y su ideal es Instagram, una fotografía que juega con el ego, con la belleza resultona… en el fondo pretenden ser los reyes de Instagram, con sus filtros, sus situaciones bonitas… nuestra faena como docente es darle ambición a esto, no quedarse en la superficialidad.

Para la gente de 18 o 20 años fotografía es Instagram…

¿Es más difícil ser ahora profesor?

No, no… yo ahora tengo 51 años, por lo tanto tengo que aprender que cualquier cosa menos melancolía (risas). Evidentemente los alumnos del 97 pues tenían virtudes geniales pero ahora también y yo también he cambiado mucho. Antes todo el mundo quería trabajar para el National Geographic y ahora nadie sale con esta idea… pero para nada quiero ser melancólico, es distinto, y las formas de trabajar son distintas.

Continuas enseñando historia de la fotografía como siempre lo has hecho o incorporas nuevos fotógrafos que utilizan las redes sociales… ¿Cómo lo haces?

Si hablo de melancolía, la asignatura al principio era de 150 horas. Ahora tengo 80, así que antes tenia el doble de tiempo para explicar. La sociedad está obcecada en que la esa visión de que la empresa nos salvará de todo, entonces los estudios cada vez son más cortos, cada vez hay más prácticas de empresa… y todo eso comporta que los tiempos de enseñanza son más cortos. Pero sí, si ahora enseño una fotografía pictorialista del siglo 19, vemos también uno o dos ejemplos de fotografía en Instagram para que vean… pero sí, tengo menos tiempo y aprenden menos cosas.

La sociedad está obcecada en que la esa visión de que la empresa nos salvará de todo, entonces los estudios cada vez son más cortos

Bueno, en principio ya estamos…

Ya tienes una hora de grabación, ¡corta!¡corta! (risas)

¿Quieres decir alguna otra cosa? ¿Un deseo para el futuro de la fotografía?

Que Retratu sea… esto lo dejamos para nuestra intimidad 😉

(Muchas risas)

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